En vísperas del desenlace del movimiento estudiantil de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, se encontró con dirigentes del Consejo Nacional de Huelga que le anunciaban un nuevo desafío al gobierno, esta vez en Tlatelolco. Frente a la tensión que para entonces ya se vivía, el ingeniero intuyó el riesgo de celebrar el mitin en un espacio público, propicio para la represión. Intentó infructuosamente persuadirlos para que el acto político se realizara en Ciudad Universitaria.
De La Jornada: Política http://ift.tt/18kxmT4
De La Jornada: Política http://ift.tt/18kxmT4
No hay comentarios:
Publicar un comentario