Algo comparten aquellas comunidades originarias de la Ciudad de México donde interviene la delegación de la Procuraduría Agraria (PA): todas padecen conflictos al borde de la violencia por acciones y omisiones del delegado René Francisco Bolio Halloran. A lo largo del presente sexenio ha sembrado conflictos en pueblos de Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. De manera recurrente, su actuación consiste en buscar el desconocimiento de las autoridades comunales o ejidales que se oponen al despojo de sus territorios con diversos propósitos como instalar una base de la Secretaría de Marina (Semar) en bosques de reserva, acaparar los mantos acuíferos o imponer desarrollos turísticos y urbanos en zonas rurales de la Cuenca de México.
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