Las instituciones nacionales derechos humanos de la Américva Latina tienen que ser contrapeso de sus gobiernos, pero a la vez deben observar que se aplique una política migratoria con perspectiva humanitaria, pues ese sector con frecuencia es víctima de rechazo e indiferencia, discriminación y xenofobia, manifestó el ombudsman mexicano, Raúl González Pérez.
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