Acabo de visitar Tetela de Ocampo, Puebla, invitado por sus autoridades y por organizaciones de la sociedad civil que derrotaron a la poderosa compañía que pretendía abrir una mina a cielo abierto, en la cañada que junta el agua que beben en esa heroica ciudad y que riega sus campos de maíz, durazno y café, así como sus invernaderos de jitomate. Esas organizaciones también rescatan y posicionan la historia de sus antepasados: los milicianos del sexto Batallón de la Guardia Nacional de Puebla.
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