Hay un viejo chiste español basado en un ingenuo juego de palabras, y es aludir, hacia el fin del invierno, a la llegada de la parienta rusa. ¿Cuál, se preguntarán ustedes? Pues nada más y nada menos que la prima Vera. Algo de ello sucedió en Praga en el año 1968. Más que gozar el sabor de la primavera, los checos y eslovacos sufrieron la aparición de una aguerrida prima Vera, en forma de 200 mil soldados y 5 mil tanques.
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