Había perdido el contacto con Julio, lo que fue, en alguna medida, una constante de nuestra cercanísima relación personal. Su fallecimiento, por supuesto que inesperado para mí, ha venido a constituir el remate de una semana espantosa en la que el protagonismo se había identificado con un accidente bastante idiota que sufrí y al que se refiere mi artículo anterior que ya mandé a La Jornada y cuya publicación dependerá estrictamente de la Redacción del periódico.

De La Jornada: Política http://ift.tt/1APqfMw
De La Jornada: Política http://ift.tt/1APqfMw
No hay comentarios:
Publicar un comentario