Un crimen de odio cubre de luto una vez más a Estados Unidos. En esta ocasión el atentado corrió a cargo de un joven blanco que asesinó a tres mujeres y seis hombres afroestadunidenses en una iglesia episcopal situada en Charleston, Carolina del Sur. El arma usada por el agresor, de 21 años, fue un regalo de cumpleaños de su padre.

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