Sucedió el 19 o 20 de enero. Tengo entendido que por el rumbo de Santa Fe. Evidentemente la visibilidad era escasa en la temprana transición, tarde noche, de esos días. Los efectos de las fiestas navideñas que para nosotros se agotan en el mejor de los casos, el Día de la Candelaria, aún empañaban la vista y hacían lentos los reflejos. La bajada desde esos pináculos arquitectónico/socio/económicos que son los subrascacielos de Bosques, Lomas e Interlomas, en los que se refugian las élites (mientras “El destino las alcance”), hacia el submundo de las multitudes indigentes que aún sobreviven en las barracas de Santa Fe tiene sus riesgos, no sólo por las condiciones climatológicas, sino porque para llegar a territorio mínimamente honorable, tiene que cruzar por terrenos enemigos como son la calzada Minas de Arena o la aguerrida colonia Merced Gómez.
de La Jornada: Política https://www.jornada.com.mx/2019/02/18/opinion/014o1pol?partner=rss
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