miércoles, 25 de febrero de 2015

Funcionario de probada honradez, fue fiel al trabajo y no se dejó seducir por el poder

Noviembre de 1963. Los tiempos políticos para la sucesión marcaban el momento del destape. Las fuerzas vivas del PRI se habían inclinado ya por el entonces secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, dando paso al ritual sucesorio. En gira de gabinete con el presidente Adolfo López Mateos, el secretario de Obras Públicas, Javier Barros Sierra, descargaba con su característica ironía una postura alejada de las formas reverenciales propias de las cargadas priístas de la época y en respuesta a periodistas que requerían su opinión sobre el candidato, dijo:







De La Jornada: Política http://ift.tt/18kxjXf

No hay comentarios:

Publicar un comentario