No habrá recortes del gasto público por la caída del precio del petróleo, declaró solemnemente Luis Videgaray no hace tanto tiempo. Y aunque las cosas de Palacio van despacio, la sucesión de desastres y escándalos, naturales y contranatura, aceleró la caída del prematuramente laureado secretario de Hacienda que cantó las virtudes de la reforma fiscal, dicha hacendaria y redicha estructural: cayó el petróleo y calló el coro de halagos. Más serio que el día en que explicó que la compra de su casa en un club de golf fue legal y en nada empaña su manejo de la economía, que favorece a los ricos, Videgaray subió al púlpito del ágora electrónica y recitó la palinodia: recortes al gasto público y ajustes en obras y dependencias federales por miles de millones de dólares.
De La Jornada: Política http://ift.tt/1tOvP0F
De La Jornada: Política http://ift.tt/1tOvP0F
No hay comentarios:
Publicar un comentario