Durante el operativo fallido para detener a Ovidio Guzmán López, el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, se violaron diversas reglas de operación de los grupos especiales, entre ellas no acudir acompañados de uno o varios agentes del Ministerio Público (aunque fueran disfrazados de soldados) para dar fe de lo que sucedió en el lugar donde se realizaría la captura, no se consideró que hubo delitos en flagrancia y la orden de cateo pasaba a segundo término cuando se detectó que había armas en posesión de los objetivos, y se incumplió el protocolo de traslado inmediato de los capturados, señalaron agentes federales y mandos castrenses.
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