En medio de la profusión informativa crítica sobre el avance de los contagios por coronavirus, en el mundo y en el país, y de las medidas de aislamiento social que le acompañan, el Presidente de México logró ganar atención mediática al mostrar estampas religiosas que llevaba en uno de sus bolsillos, de manera destacada la que es conocida como detente, de larga historia entre los practicantes del catolicismo y, en el plano mexicano, como suministro clerical de presunta protección a los cristeros.
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