A causa de un paro cardiaco y a los 78 años, el histórico líder social indígena Felipe Quispe Huanca falleció el pasado 19 de enero en El Alto, Bolivia. El mallku (autoridad comunitaria en aymara), como también lo reconocieron, fue un importante dirigente que apenas se había postulado al gobierno de La Paz para los comicios del 7 de marzo. Como un espejo de la realidad política del país, el legado de Quispe vuelve a tomar importancia ante la sed de justicia que vive la sociedad y que aún carga con las consecuencias de las masacres de Sacaba y Senkata de noviembre de 2019. El decreto supremo 4078 firmado días después de los hechos de violencia se vislumbra hoy como una de las claves actuales para alcanzar la justicia.
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