martes, 28 de noviembre de 2017

En el siglo XXI, el ritual de la sucesión presidencial no ha perdido su esencia

Alejado del poder tras dos sucesivas derrotas en elecciones presidenciales, el retorno a Los Pinos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2012 ha revivido –en el ocaso de la administración de Enrique Peña Nieto– los rituales sucesorios que rigieron por décadas la postulación de candidatos priístas. Las reglas político-electorales han cambiado, pero los ceremoniales del tricolor se preservan con adecuaciones de forma que no alteran la esencia del rito: el Presidente como el gran elector.

de La Jornada: Política http://ift.tt/2iXpTkb

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