El Estado mexicano convirtió a sus órganos de seguridad, en el periodo denominado guerra sucia, en cuerpos paramilitares que perseguían, secuestraban, torturaban, desaparecían, asesinaban a todos aquellos individuos que eran vinculados a grupos de izquierda militante, en particular la insurgencia armada, tras las matanzas de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 y San Cosme el 10 de junio de 1971 cuyo blanco fueron también los estudiantes que se manifestaban pacíficamente. Una de sus dependencias arquetípicas era la Dirección Federal de Seguridad (DFS), comandada por el temible y cruel policía Miguel Nassar Haro, creador de la tropa de asalto conocida como la Brigada Blanca destinada a efectuar actos de lesa humanidad en quienes, señalados por razones políticas, caían en sus manos.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2Rr9ODr
No hay comentarios:
Publicar un comentario