En el libro de Gálatas, parte del Nuevo Testamento dice lo siguiente: “No os engañéis; todo lo que el hombre sembrare, eso también segara” (Gálatas 6:7). Esta frase nunca había sido más aplicable que en el caso actual de las migraciones: En años recientes, el mundo ha sido testigo de grandes emigraciones de África y Arabia hacia los países europeos y de manera particular, a aquellos que se dedicaron a explotar las riquezas de los países africanos y de la región occidental de Asia durante los siglos XIX y XX. En el caso particular de la península arábiga y de África, los ingleses, franceses, alemanes, austriacos y turcos sometieron a los pueblos árabes del desierto generando con ello guerras internas, desequilibrios económicos y conflictos religiosos, que luego de décadas han culminado con las gigantescas migraciones que ahora llegan a Europa por medio del mar Mediterráneo, para distribuirse en Francia, Alemania, Inglaterra, Bélgica y aun en los países nórdicos, generando problemas sociales y disturbios económicos, que los europeos han sido incapaces de detener y que desde luego han sido motivo de crítica y condena generalizada por parte de la población mundial. En el caso de Inglaterra, gran depredador de los países africanos y asiáticos, su salida de la comunidad europea, ha estado relacionada con las corrientes migratorias que se han dirigido a esa nación, generándole enormes problemas económicos, que los ingleses aún no saben cómo resolver.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2KDEoth
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