La detención de Marisela García Toledo, quien fue suboficial de la Policía Federal en etapas de la docena trágica de panistas en Los Pinos, remacha los clavos de culpabilidad de Genaro García Luna y su mano derecha, Luis Cárdenas Palomino, en las historias de fabricación de culpables, montaje de presuntos éxitos y la tortura como método usual de tratamiento a quienes caían en manos de ese grupo de criminales con nombramiento oficial, que adquirieron máxima relevancia durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa.
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