No resulta convincente Ricardo Anaya Cortés en su renovado papel de mártir político. Tono, gesticulación y libreto son excesivos, insostenibles y oportunistas. Tal vez la falla principal está en el contraste obligado entre la actitud retadora que asume el ex dirigente panista y su decisión de abandonar la zona de combate para irse a residir a otro país.
de La Jornada: Política https://ift.tt/386pgOH
No hay comentarios:
Publicar un comentario