Después de la magnífica creatividad de infinidad de imágenes que caricaturizaron al gobernador Silvano Aureoles en el banquillo verde esperando ser atendido por el Presidente y por la SCJN, debemos volver a la sobriedad del análisis político: no está buscando convencer que su candidato y ex secretario de Gobierno ganó las elecciones en la entidad, quiere posicionarse como la personificación que simbolice la oposición al régimen de la Cuarta Transformación, capaz de todo, hasta de solicitar la intervención antipatriótica de las fuerzas extranjeras para resolver lo que corresponde a la soberanía nacional. Con la ayuda de los medios masivos de comunicación al servicio de la derecha, se está adelantando para autofabricarse la figura de perseguido político, evitar la cárcel y desvirtuar las posibles acciones legales en su contra, por no tener un manejo transparente y justificado de las finanzas públicas y del endeudamiento que deja a Michoacán embargado por las próximas dos décadas.
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