viernes, 20 de agosto de 2021

Mariela Fuentes Ponce* y Emmanuel González Ortega*: Ejidatarios CDMX: defensa del territorio y el ambiente

El crecimiento descontrolado de la Ciudad de México ha desencadenado una crisis socioambiental que se suma a la presión sobre el territorio y los recursos, en gran medida por la especulación inmobiliaria rampante. La mayor parte (59 por ciento) del territorio corresponde al suelo de conservación, dicha denominación para esta porción del territorio de la capital es una categoría administrativa, diseñada e implementada para, teóricamente, proteger los recursos naturales y ambientales en la ciudad, decretada en el Programa General de Ordenamiento Ecológico, publicado en 2000. Se define como una zona que, por sus características ecológicas, provee servicios ambientales necesarios para el mantenimiento de la calidad de vida de los capitalinos. Los bosques y la agricultura son los usos de suelo primario en esta zona, destacando su importancia biológica y socioeconómica; ahí ocurren procesos geoclimáticos muy importantes para la supervivencia de la ciudad, como: regulación del clima, conservación de suelos, captura de carbono atmosférico –unas 90 toneladas/ha/año–. Se capturan, además, gases de efecto invernadero, se preserva la flora y fauna (según la Sedema, habitan ahí más de 4 mil especies entre plantas y animales) y, de manera muy importante, se capta y retiene agua: esta área infiltra casi 70 por ciento del agua que se consume en la capital. De manera preocupante, el cambio de uso de suelo de cada hectárea en el suelo de conservación impide que se recarguen 2.5 millones de litros de agua cada año.

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