Cinco meses después de que el gobierno del presidente estadunidense Joe Biden declaró una emergencia y se apresurara a habilitar refugios para alojar a una cifra récord de menores que cruzaban solos la frontera entre México y Estados Unidos, los niños siguen enfrentando condiciones muy difíciles y largas estancias en los centros, además de que el flujo de infantes no cesa, según activistas.
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