Desde luego que concurren, y en determinados casos pueden ser absolutamente determinantes, el azar, el infortunio, las fallas operativas y los errores individuales. Pero en el México de las tragedias cotidianas son inocultables los factores de la descomposición institucional y de la corrupción político-empresarial para entender las desgracias que suceden en múltiples lugares y en las más disímbolas circunstancias.
De La Jornada: Política http://ift.tt/1HpOFRV
De La Jornada: Política http://ift.tt/1HpOFRV
No hay comentarios:
Publicar un comentario