Aun cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) devolvió hace un año poco más de mil millones de pesos –como medida de austeridad– que iba a destinar a la construcción de su nueva sede, la Dirección de Obras y Conservación –creada ex profeso por la complejidad que se proyectaba en esas obras– se mantiene en funcionamiento. Al censurar que ello forme parte de una mala planeación que debe corregirse, el órgano interno de control (OIC) sugiere al instituto desaparecer esa estructura burocrática.
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