A sus 26 años de edad, Heriberto Picos Barraza, El Koala, ya era uno de los sicarios de confianza en el cártel de Sinaloa. Manejaba un bajo perfil, pero cualquier encomienda que venía de Dámaso López Serrano, El Mini Lic, la ejecutaba: una de ellas, silenciar al periodista Javier Valdez Cárdenas.
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