Nueva York. Uno era un adicto al juego que se sometió a una cirugía plástica para cambiar su apariencia. Otro comenzó su vida delictiva a los cuatro años. Un tercero era un niño de Chicago que hizo una fortuna con el tráfico de drogas.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2T9IsSb
No hay comentarios:
Publicar un comentario