Francia enfrenta crisis. ¿Se trata de una versión actualizada de la toma de la Bastilla de 1789, en un nuevo arranque revolucionario? ¿De una rebelión a la manera del movimiento de 1968? ¿De un ajuste de cuentas popular con una clase política arrogante y un grupo de privilegiados? El movimiento de los gilets jaunes (chalecos amarillos), ¿es un polvorín que puede desembocar en una insurrección general o, como quisiera el gobierno, se trata simplemente de una de esas sacudidas de la población en busca de algunas medidas que mejoren su situación económica y social? En todo caso, no puede negarse que la crisis es grave y no parece calmarse.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2EKeFeS
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