Los grandes movimientos sociales improvisan representantes que desean utilizar para ser reconocidos nacionalmente, pero pagan así su tributo a la alienación, son utilizados por esos representantes y pierden, en parte, su impulso autogestionario. Lo que podría ser un torrente impetuoso corre entonces el riesgo de convertirse en un vasto pantano.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2MyCSXm
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