Han pasado cinco años desde la irrupción de Podemos en el escenario político de España. Su presencia generó diversos relatos acerca de sus orígenes. Sus fundadores anunciaron un nuevo proyecto emancipador. Se declararon herederos legítimos de los indignados del 15-M bajo el eslogan sí se puede. Contaron con la simpatía de un electorado roto, desorientado, cansado de promesas incumplidas, corrupción y escándalos públicos. Sus fundadores centraron sus ataques en la clase política, adjetivada como vieja y forjadora de una casta. Venían para regenerar, dar esperanzas a la “gente” en un proyecto inclusivo. No sólo criticaban a la derecha, sino a la izquierda existente, tachada de nostálgica e ineficaz. Había que deshacerse de las banderas rojas. Su proyecto: tomar el cielo por asalto. Insultaron hasta la descalificación. No hicieron prisioneros. Conmigo o sin ti. Sectarios, verticalistas y autoritarios.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2FKnXbV
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