Los principios constitucionales, humanitarios y de política exterior de que se valió el diplomático Gilberto Bosques en la década de 1930 para otorgar visas y refugio en México a más de 30 mil judíos, españoles republicanos y luchadores antinazis y antifascistas durante la Segunda Guerra Mundial, “deben servir de inspiración a los mexicanos ante el fenómeno migratorio”, aseguró Miguel Concha Malo, sacerdote, académico y pionero de las organizaciones defensoras de derechos humanos.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2sX75GJ
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