El que los gobernadores entreguen patentes de notarías a familiares y amigos al final de sus gestiones se ha convertido en una práctica que ahora se trata de frenar con una reforma legislativa que obligue a instrumentar protocolos homologados en los que cada aspirante a fedatario público sea sometido a exámenes, y se eliminen los casos de abogados que cumplan estas funciones dándoles títulos como “interinos, provisionales, suplentes o supernumerarios”.
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