Concebido en los tiempos del porfiriato como un centro penitenciario de alta seguridad, un decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador puso fin a 113 años de operación del penal de las Islas Marías, uno de los sitios con tratos más crueles para los presos. Es el fin de una “historia de castigos, tortura y represión con más de un siglo de vida”, definió antes de anunciar su transformación en un espacio para las artes, la cultura y el estudio del medio ambiente.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2DSHqDT
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