La lucha contra el Proyecto Integral Morelos (PIM), que prevé dos termoeléctricas, un gasoducto y un acueducto con afectaciones a comunidades de dicho estado, Puebla y Tlaxcala no es un capricho de los pueblos, sino la defensa legítima de un territorio que se verá afectado por altos niveles de contaminación, además de que se pone en riesgo el agua de ríos, mantos acuíferos y pozos de la que se extraerán millones de litros diarios; a lo que se suma el peligro inminente al que se somete a la población por el cruce del gasoducto en una zona volcánica.
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