El enredijo causado por la renuncia de Josefa González Blanco a la secretaría federal del medio ambiente (con un fuerte jaloneo, desde las entrañas del poderío moreno, en busca de instalar como relevo al impresentable ex gobernador Manuel Velasco o a la ebrardista Martha Delgado) se resolvió de una manera que entraña un enigma operativo: el presidente Andrés Manuel López Obrador designó para tal dependencia a Víctor Manuel Toledo, un doctor en ecología por la Universidad Nacional Autónoma de México, investigador en la misma casa de estudios y miembro del Sistema Nacional de Investigadores en su máximo nivel.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2YTEMGV
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