Donald Trump sigue sin pausa buscando con sus amenazas y exabruptos generar aplausos y apoyo por parte de una fracción no menor de su electorado, convencido de que es la forma en la que logrará la relección. Sin duda una lógica macabra que se enmarca en “el fin justifica los medios”, no hay ninguna consideración por el daño que infringe a personas desesperadas que se ven obligadas, a veces a costa de la propia existencia, a buscar nuevos horizontes de vida. El problema central es la impunidad de este personaje. Lamentablemente gobiernos de otros continentes no presentan mejores acciones para apoyar a los migrantes y también utilizan a este conjunto de personas para fines eminentemente electorales.
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