Ellas se quedaron en casa. ¿A dónde iban a ir? “Los hoteles cerraron por el Covid-19, las trabajadoras sexuales se vieron muy afectadas y empezamos a venir por sus necesidades primarias… Vimos que muchas de ellas no habían comido, y por días se la aventaron así. Decidimos traerles de comer”, dice Kenya Cuevas, quien fundó la asociación civil Casa de las Muñecas Tiresias.
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