Por si no tuvieran ya con los que tanto han indignado a la ciudadanía, dos nuevos casos de corrupción se conocieron en España. Uno bajó de su pedestal a quien por muchos años figuró como funcionario responsable, honrado, al servicio de las mejores causas de su país. Tantos méritos acumuló que llegó a ser el superministro de Economía y Hacienda, el segundo hombre más importante del gobierno de Aznar. Una de sus banderas fue la lucha contra el fraude. Esos méritos traspasaron fronteras y quienes en la sombra manejan el Fondo Monetario Internacional lo designaron director de ese importante organismo. En España también presidió Bankia, pero tan pésimamente que la llevó a la quiebra y tuvo que ser rescatada con recursos públicos.
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