Fue un accidente, desde luego. Pero en este México donde la justicia cae diariamente abatida no deja de ser significativo que hasta una mampara de un relevante acto institucional se hubiese desprendido de las alturas y hubiese aterrizado encima de los lugares destinados a invitados especiales, que reaccionaron sin mucha compostura para ponerse a salvo de esa descontrolada lámina propagandística integrante del emotivo mural de buenas intenciones correspondiente a un simposio sobre Justicia cotidiana en México que minutos después sería inaugurado en el Museo Nacional de Antropología por el actual habitante de Los Pinos.
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