En un acto sin precedente, el 9 de agosto de 1974, el presidente estadunidense Richard Nixon renunció a su cargo, tras dos años de una investigación periodística en que se develó una operación ilegal, orquestada por el presidente y varios colaboradores cercanos para realizar espionaje al Partido Demócrata. Al menos siete funcionarios o colaboradores fueron acusados y sentenciados por conspiración, robo, espionaje telefónico y violación de leyes federales. Este caso, conocido como Watergate, cimbró al mundo, pero también puso a prueba y fortaleció la democracia estadunidense. Dos periodistas del Washington Post, en nombre de la decencia ciudadana, lograron destituir al presidente de la mayor potencia del mundo. El ejemplo quedó grabado para siempre en el libro de la democracia.
De La Jornada: Política http://ift.tt/1HMSQ8r
No hay comentarios:
Publicar un comentario