Hace tres semanas, el presbítero de Simojovel, Marcelo Pérez, empezó a recorrer el escarpado trayecto de al menos cuatro horas, que va desde su parroquia hacia las comunidades limítrofes entre Chenalhó y Chalchihuitán, en los Altos de Chiapas, para constatar lo que los habitantes de esos parajes denunciaban: ataques de grupos paramilitares del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del oficialista Verde Ecologista de México (PVEM); caminos bloqueados poblaciones sitiadas; casi 6 mil desplazados en condiciones extremas de desprotección; tiroteos todas las noches, y decenas de casas quemadas por los agresores.
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