La lucha de un pueblo para sacudirse un sistema económico y político injusto y opresor no es fácil; los cambios requieren sacrificios, unidad de quienes se comprometen a lograr el objetivo, pero también de aliados y esto amplía las necesidades a una seria reflexión, a un debate sobre estrategias y métodos para el día a día de la batalla por el cambio. Durante mucho tiempo la lucha, primero del “gobierno legítimo”, después del movimiento precursor y ahora del partido Morena, recayó en un sector indignado e informado de la sociedad.
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