La repulsa mundial que causó la política del presidente de Estados Unidos al separar a los menores de sus padres tuvo eco y, de nuevo, debió recular de otra torpe decisión. Ahora para bien, mediante un decreto que suspende tan cruel política. Rodeado de legisladores republicanos, resaltó su negativa a separar a las familias y agregó la compasión que sentía por ellas. Pero la compasión no duró mucho, cuando en el mismo discurso subrayó que EU no podía ser invadido por toda clase de criminales que amenazan con erosionar sus valores. Al margen de sus digresiones, lo que no está claro es cómo el decreto hará menos difícil la vida de los migrantes y cómo más de 2 mil niños serán reunificados con sus familias. Como tantos de sus decretos, este es confuso y deja amplio margen discrecional a quienes lo aplican. Una posibilidad, señala el decreto, es que a las familias se les interne en bases militares o en albergues, mientras se celebran los juicios para deportarlas o concederles asilo en el caso de los que huyen de la violencia. Pero, ¿y las familias que huyen de la pobreza?
de La Jornada: Política https://ift.tt/2K7itdN
No hay comentarios:
Publicar un comentario