La violencia que sufrimos, la criminal, oficial o social, se ha convertido en un problema estructural del país. Cada día surgen muestras más ominosas de la gravedad del problema y de la incapacidad gubernamental para contener su expansión y trascendencia. El gobierno de EPN no acepta que nada se acaba hasta que se acaba y se limita a lanzar frases épicas que se antojan ofensivas: “la violencia es inaceptable” y agregó que va a “brindar condiciones de paz en el proceso electoral”, El Financiero (25/05/18).
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