Gerardo Sosa Castelán brincó a la escena nacional gracias a su demanda contra Miguel Ángel Granados Chapa. El periodista hidalguense prologó un libro, La Sosa Nostra, escrito por el académico Alfredo Rivera, conocedor de las tripas del control absoluto que desde entonces ejercía Sosa en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Sosa Castelán ganó varias etapas de la demanda, y al mismo tiempo perdió, pues desde entonces no logró quitarse la marca de “porro” que le endilgaban sus adversarios, pese a sus esfuerzos de emular –con acciones como un festival de la imagen que imita a una famosa feria del libro– a Raúl Padilla, jefe de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
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