Los diez días posteriores al asesinato del activista, comunicador popular y defensor del territorio, Samir Flores Soberanes, pusieron en evidencia la ineficacia del gobierno de Morelos, y la indiferencia del gobierno federal, por decir lo menos, para esclarecer el crimen del opositor al Plan Integral Morelos, que incluye dos termoeléctricas, un gasoducto y un acueducto.
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