No hay democracia liberal posible sin la existencia de un sistema de partidos políticos. Partamos de esa premisa. En el pasado ciclo electoral, el sistema de partidos políticos vigente desde hace tres décadas, fue borrado del mapa. No existe. Hay logos, siglas, sedes, cascarones, envolturas para todas las ideologías, papel membretado, mobiliario y credenciales; pero partidos políticos, en su concepto más profundo, no. Desaparecieron de facto con la irrupción del movimiento político Morena, que supo construir una narrativa de contrapeso al establishment del cual ese sistema de partidos “tradicional” formó parte.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2WphxXz
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