El mal nombrado Tren Maya va extendiendo sus rieles sobre las comunidades, ésas sí mayas, de la península de Yucatán. Sin consultarse pasó a la licitación, y sin licitación ya se siente su presencia en los pueblos con la llegada en los últimos meses de programas asistenciales que, siguiendo el manual del despojo, empiezan a dividir a las comunidades.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2YKuAjW
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