La reforma educativa se empantana, entre otras razones, por la falta de atención acerca de lo esencial. La formación integral, intelectual y moral de los niños y jóvenes es un complejo proceso en el que intervienen acciones intencionales –por ejemplo, las de la escuela, las de los padres de familia, los programas “educativos” de la radio y la televisión, entre otras–, componentes de la educación formal. Pero en la educación intervienen también, múltiples influencias “no intencionales” de diverso origen: las experiencias de la vida laboral, las experiencias de la vida política, lo que vemos en la calle, la “industria del entretenimiento” (televisión, radio, Internet), múltiples aspectos de la llamada educación informal.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2Wik2HV
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