Hasta hace apenas unos 40 años sólo existían dos maneras de producir alimentos en el mundo. La primera es la llamada agricultura tradicional o campesina, realizada a pequeña escala, utilizando sólo energía humana y/o animal y mediante los conocimientos no escritos, transmitidos de generación en generación durante cientos y a veces miles de años. La segunda modalidad, aparecida a finales del siglo XIX, es el llamado modelo agroindustrial o moderno, basado en el uso de petróleo, sobre medianas y grandes propiedades (latifundios), máquinas diversas, agroquímicos y pesticidas, así como de plantas genéticamente mejoradas y más recientemente con cultivos transgénicos. Obvio señalar que esta segunda modalidad surge de la aplicación del conocimiento científico: la agronomía, la química, la genética y la biotecnología. Estudios recientes revelaron que, no obstante la gigantesca campaña en favor del modelo agroindustrial, ésta genera sólo 40 por ciento de los alimentos que se consumen en el planeta, en tanto que los pequeños productores familiares y campesinos producen el otro 60 por ciento.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2VRWWvF
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