sábado, 30 de enero de 2021

Abel Barrera Hernández*: Las muertes que no se cuentan

La víspera del tercer viernes de cuaresma, que es el día más importante para el municipio de Acatepec, en La Montaña de Guerrero, el Xiñá mayor (el sabio) murió cuando cenaba en la casa del mayordomo. Para el pueblo Me’phaa su deceso fue un mal augurio. Los señores y señoras principales dijeron que la gente había quedado desprotegida, porque “quedó abierta la puerta de los muertos”. La procesión del Santo Entierro ya no fue tan festiva, “sentíamos pesado el ambiente, como si fuera un cortejo fúnebre. Como si la muerte hubiera entrado a nuestro pueblo”.

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