Saltillo, Coah., En medio de fotografías de desaparecidos y de los mineros atrapados en el derrumbe en Pasta de 2006 –colocadas sobre las bancas vacías de catedral–, el obispo Raúl Vera López ofició ayer la misa de transición con la que se despidió de la diócesis de Saltillo. Desde ahí, durante 20 años, el dominico procuró los derechos humanos de trabajadores de las carboneras bajo condiciones inseguras, desplazados de Centroamérica que buscan llegar a Estados Unidos, víctimas de desaparición forzada y minorías sexuales.
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